Cada conversación engendra nuevas posibilidades. Lo que no iba a ocurrir de, cualquier forma, se hace realidad cuando una conversación es seguida de acciones. Quienes somos líderes sabemos que es así como las cosas ocurren.
Las empresas se crean, las alianzas se concretan, los proyectos se ejecutan, etc., y todo hace parte de una red de conversaciones. Lo mismo ocurre con el engagement: parte de una declaración de compromiso con algo. En algunos casos implica un impulso irrazonable de hacer parte de una visión que es más grande que nosotros mismos.
Parece fácil, no obstante, la mayoría de las encuestas a nivel mundial apuntan a que las personas manifiestan no tener un alto grado de engagement con su organización. Cada vez se habla más en los círculos académicos y empresariales de las buenas prácticas para retener el talento, como un factor clave para la competitividad y sostenibilidad empresarial.
¿Retener el talento? ¿Y si se tratara más bien de que las personas tengan la libertad de irse y que, aún así, quieran quedarse? Tal vez ya estás trayendo a tu mente algunas de las frases comunes del tipo “Entrena a la gente para que pueda irse pero quiera quedarse”, “Rodéate de personas que sean mejores que tú”, “Contrata a los mejores y déjalos hacer su trabajo”, “las personas no renuncian a su trabajo sino a su jefe”, entre otras.
Lo que parece cada vez más evidente es que hay una relación directa entre estilo de liderazgo y engagement”.
¿Engagement? ¿Sentido de pertenencia? ¿Actitud de dueño? ¿Espíritu de cuerpo? ¿Tener la camiseta puesta? Puede llamarse de diferentes formas. Lo que es común es esa forma en la que los colaboradores toman decisiones y actúan en beneficio de la organización, su reputación y sus intereses. Cuido a una organización que me cuida y lo hago de forma auténtica. Acá hay sentimientos de satisfacción y orgullo personal. Es una actitud, un estado mental y emocional, una fuerte conexión con quién soy y lo que hago en el ámbito laboral.
¿Ya ves de dónde surge la aproximación de la gestión del talento humano desde la perspectiva de la experiencia del colaborador? Y volviendo al estilo del liderazgo…
Iré al grano porque te prometí con el título de este artículo darte pautas para elevar el engagement de tu equipo de trabajo. ¿Cómo se hace? ¿’Con qué se come’ como decimos en Colombia?
- Pauta No. 1: Construir una propuesta de valor exitosa y aspiracional para los colaboradores.
Que tu liderazgo se enfoque en crear valor, más allá de la rentabilidad para los accionistas. Lo anterior implica de tu parte compromiso y diligencia, que las prácticas de gestión de tu equipo sean fuente de crecimiento e inspiración, y orientación a la acción.
- Pauta No. 2: Seleccionar a las personas por su afinidad con la cultura organizacional y sus cualidades humanas y no por sus competencias técnicas.
Que no te deslumbre la trayectoria, los doctorados y maestrías, y otros reconocimientos. Contar con personas que quieran aprender y desarrollarse en la organización no tiene precio. Tu trabajo es hacerlas sentir respaldadas y confiadas de que ‘dan la talla’, y disfrutar al ver a los demás expandir su potencial y alcanzar resultados extraordinarios.
- Pauta No. 3: Crear y sostener un contexto de confianza y respeto.
Que tus relaciones expresen vínculos de colaboración. Los acuerdos se cumplen en el tiempo cuando hay compromiso, independientemente de las circunstancia. La libertad para expresarse y renegociar resulta fundamental en un mundo cada vez más volátil. La moral sube cuando las personas se sientes escuchadas y reciben una retroalimentación efectiva. Sentirse reconocido y en gratitud es el mejor salario emocional que podemos encontrar.
Antes de despedirme, te diré que esta no es una receta perfecta. Se vale experimentar y considerar otros ingredientes que hagan sentido para ti. Ningún estilo de liderazgo es infalible para generar engagement, pues este depende también de otros factores asociados al clima y a la cultura organizacional.
Personalmente, pienso que un buen indicador es remembrar aquellos aspectos de quienes hemos admirado porque obraron de manera generosa con nosotros. ¿Quiénes te ayudaron a labrar el camino? ¿Quiénes fueron viento bajo tus alas para apoyarte a volar alto? ¿Qué sentimiento permanece en ti para ellos a pesar del paso del tiempo?
Comparte en los comentarios, me encantará leerte.