Decálogos de liderazgo (Parte I): Para la relación contigo mismo

Decálogos de liderazgo[1]:

Decálogo para la relación contigo mismo

  1. Declara que eres un líder. Tener un rol ejecutivo en la organización no te hace de manera automática un líder, pues el liderazgo es una elección. Cuando diriges, manejas los recursos para que una tarea ya definida se lleve a cabo. Cuando lideras asumes la postura de ser la persona que hace el cambio posible. La postura de tirar hacia adelante es rara y valiosa. La mayoría de la gente está más dispuesta a quedarse donde está y conformarse. Sé ese líder dispuesto a incomodarse, dispuesto a desafiar el statu quo.
  2. Diseña una estrategia de desarrollo profesional. Crea una ventaja competitiva, combina diferentes aptitudes, experiencias y contactos. Sácale todo el jugo a tus activos, articula lo que ya funciona, y desarrolla nuevas habilidades. Diversifica los espacios en los que te desenvuelves e invierte en la creación de aptitudes transferibles, es decir, aquellas que te serán también útiles en otros contextos y en otros trabajos potenciales.
  3. Asume riesgos audaces e inteligentes para conseguir resultados extraordinarios. Si los logros del pasado no son garantía de éxito en el futuro…y al revés, para qué jugar un juego pequeño si puedes elegir estar en las ligas mayores. Sé de los que ‘surfeamos’ las olas más grandes.
  4. Crea tu marca personal. Presta atención a esas cualidades que otros reconocen en ti y sácales el mejor provecho. Inventa esa idea con la que quieres que el mundo te relacione, y actúa de forma coherente con ella. Muy pronto tu acción decidida e intencionada dará los frutos esperados.
  5. Desarrolla tu intuición. Intuir significa observar, tener en cuenta, lo desconocido, lo incalculable. Permite que la intuición te motive, profundice tu aprendizaje y te aporte señales que te muevan a la acción. Comparte tu intuición con el mundo y verás cómo tu capacidad para conectar con otros y generar oportunidades se fortalece.
  6. Practica la excelencia. Lo que haces habla de forma contundente acerca de quién eres, así que acostúmbrate a dar más de lo que se espera, incluso más de lo que existe. Sostener la mediocridad es extenuante, así que si te vas a cansar de todas formas, mejor que sea creando una experiencia memorable para aquellos con quienes te relacionas.
  7. Aprende a gestionar el conocimiento y el desconocimiento. Desarrolla la capacidad para acceder a la información que necesitas cuando la necesitas. Construye y solicita a otras personas información contextualizada, relevante y práctica. Practica el tener una mirada sistémica, para observar los hechos y generar las conexiones que la mayoría no ve.
  8. Aprende a lidiar con la incertidumbre. Está ahí ya sea que lo quieras o no. Prepárate para lo desconocido y vence la tentación de tener certezas. Atrévete a dar pasos firmes, incluso cuando no puedes ver el camino. Entrénate para absorber las sacudidas de la vida con elegancia. La capacidad que tengas para reponerte de situaciones imprevistas marca la diferencia.
  9. Haz de la gratitud una obsesión. La vida no te debe nada, así que agradece todo lo que pasa. Practica el hacer pedidos y expresar gratitud a aquellos que encuentras en tu camino. Nadie está obligado a servirte, ni siquiera tus colaboradores. Adopta una visión optimista de la vida. Al desarrollar inteligencia emocional, aumentarás la probabilidad de lograr los resultados que esperas.
  10. Acepta que eres el único responsable de tus actos y de las consecuencias que éstos provocan. Atrévete a ser tú quién cree tu futuro. No hay mártires en este juego, no puedes quejarte y tener al mismo tiempo la alegría de estar construyendo una visión. Reconoce que tus resultados son tu mejor entrenador, hablan de la manera cómo has estado jugando. Aprende a reconocer tu energía. La energía que tengas, te permitirá acceder a diferentes estados emocionales, y con ellos a generar las condiciones para una acción contundente y fructífera.

[1] Un decálogo es un conjunto de normas o consejos que se consideran básicos para el desarrollo de cualquier actividad. Tomado del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), disponible en dle.rae.es/?id=Bv25rS9

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