Decálogos de liderazgo (Parte II): Para la relación con otros

Decálogos de liderazgo[1]:

Decálogo para la relación con otros

  1. Ríndete a la idea de que estás unido con todos y con todo. La separación, el “yo y tu”, el “ustedes y nosotros”, el “nosotros y ellos” son expresiones que reflejan la manera como nos relacionamos con otros y con el mundo. Reconoce que eres individuo en la medida en que hay un “nosotros” y hay un entorno en el que habitamos.
  2. Adopta una postura de ser fuente de transformación, al servicio a otros. Tienes el deber moral de tocar, mover e inspirar; de abrir posibilidades donde reina la imposibilidad. Tienes una oportunidad cuando te comunicas. Cuenta historias a las personas en las que éstas puedan reconocerse; historias que hablan del futuro y del cambio.
  3. Practica el silencio. Entrénate en aquietar tu mente para poder realmente escuchar a los demás. La escucha profunda lleva a la comprensión, y la comprensión lleva a una mayor conexión con los demás. Cuando logres ser reconocido como alguien que escucha, no pasarás inadvertido. Lo que más queremos los seres humanos es la atención de los demás.
  4. Cultiva tus relaciones. El tipo de relación y el grado de intimidad depende de ti. Renuncia al mito del héroe. Acepta que nada importante en la vida se consigue actuando solo. Aprende a trabajar en equipo y enseña a otros a hacerlo. Crea una red de contactos que te impulse, una comunidad con valores compartidos y un propósito común. Tener aliados y consejeros a lo largo del camino te aporta un valor que no se puede comprar ni con todo el dinero que existe en el mundo. Trabaja para ser una persona de influencia. Mantén el contacto con la gente y procura que la gente esté en contacto entre sí. Haz que esas interacciones ocurran.
  5. Aprende a ser humilde, vulnerable y perdonable. La persona humilde se gana el respeto y la confianza de los demás y resulta una compañía agradable. Haz que la gente te contenga y te defienda por quién has sido con ellos. Acepta que eres imperfecto, permite que la gente comprenda tus errores y te enseñe lo que no sabes; la gente está mucho más dispuesta de lo que creemos comúnmente a ayudar. Acepta su ayuda y expresa gratitud.
  6. Vence la tentación de esperar aprobación y/o reconocimiento. Crea la fuerza en ti y no en lo que otros tengan para decir. Asume un compromiso con la transformación y no requerirás de la motivación de fuentes ajenas e impredecibles.
  7. Genera el hábito de pedir feedback y feedforward. Por mucho que te observes, no podrás eliminar todos los puntos ciegos. Hay cosas que otros ven de ti que no sabes, y la forma de saberlo es preguntando. ¿Cómo te describen los demás? ¿Qué maneras de Ser observan en ti? ¿Qué de lo que haces funciona y qué no es efectivo? ¿Qué te dirían si tuvieran el chance de compartirte algunas sugerencias que te permitan mejorar? Toma el tiempo y construye un método para pedir esta retroalimentación. Valora la información que recibas de forma que te apoye a tomar decisiones y emprender acciones específicas. Revisa a lo largo del tiempo. Date la oportunidad de preguntar y de volver a preguntar.
  8. Toma el tiempo de conocer y reconocer a las personas. Identifica sus valores y motivaciones, la mejor manera de fortalecer una relación es trabajar en el proceso a largo plazo de dar y recibir. Ofrécete a ayudarlos y haz que tu ayuda sea relevante y específica. Evita la tentación de hacer promesas que no piensas cumplir, “quedar bien” en un momento particular puede llevarte a pagar un alto precio en el largo plazo.
  9. Aprende a quitarte del centro cuando se requiera. Invita a otros a tomar ese lugar. Reconoce que el liderazgo no es excluyente. Juega siempre un juego ganar-ganar, pues para que tú seas exitoso no se requiere que los demás fracasen.
  10. Entrénate para inspirar pero también para concretar. Cuídate del discurso 100% inspiracional, pues transmitir una esperanza que no se acompañe de un curso de acción específico puede generar dudas en las personas que te escuchan. El liderazgo se mide en la capacidad de imaginar futuros extraordinarios, de invitar a otros a considerar esa visión, y de hacer de esa visión una realidad concreta y visible a los ojos de todo el mundo.

[1] Un decálogo es un conjunto de normas o consejos que se consideran básicos para el desarrollo de cualquier actividad. Tomado del Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), disponible en dle.rae.es/?id=Bv25rS9

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